Este ecosistema cultural se caracteriza por ser denso, un herbazal arbustivo. Es siempreverde, latifoliado y con estratos definidos. No es espinoso y su altura se encuentra entre los 5 y 25 metros, luego su piso altitudinal es basal. La planta cultivada en es la Elaeis guianensis.
El cultivo de la planta de la palma es considerado constitutivo de ser hábitat de diversas especies de vertebrados silvestres; se le ha asociado con graves problemas ambientales como el establecimiento de un monocultivo que interrumpe la conectividad natural y hace que disminuya la biodiversidad y asociaciones de especies, y además se ha comprobado que reduce visiblemente la riqueza de especies de los bosques cercanos.
En cuanto a la fauna podemos encontrar e identificar especies de aves, reptiles, anfibios, murciélagos y mamíferos de pequeño y mediano tamaño. Todos estos se han adaptado a este hábitat modificado. Entre los animales que podemos ver en estas plantaciones destacan las martillas, los tolomucos, los saínos, los mapaches, los chanchos de monte, las ardillas, etc. Si las plantaciones lindan con bosques, la fauna es más rica. Estos animales suelen alimentarse del fruto de la palma durante la fase productiva, los tucanes, por ejemplo, consumen la semilla.
La palma aceitera no desarrolla sus primeros frutos hasta pasados dos o tres años, pero su productividad es enorme: hasta siete toneladas por hectárea y año, lo que supone el mayor rendimiento de todas las plantas oleaginosas. Su vida productiva también es muy larga: da frutos hasta los 50 años, aunque el punto óptimo se consigue entre los 20 y 30 años de edad. Cada año produce entre 8 y 14 inflorescencias que pueden llegar a pesar hasta 25 kilos cada una. En ellas maduran durante cinco o seis meses entre 800 y 4.000 frutos de color naranja-granate.
Una vez cosechados, hay que procesar los frutos en 24 horas para que no se descompongan. Se extrae el aceite a mucha presión y altas temperaturas y se obtiene así de la pulpa aceite de palma y de las semillas, aceite de palmiste. Para la industria alimentaria se utiliza sobre todo el primero, que es de un color intenso rojizo. El aceite virgen es muy rico en vitamina A, lo que lo convierte en un alimento valioso. Sin embargo, pierde estas propiedades al refinarlo o tratarlo. El aceite de palmiste, por su parte, es de una composición completamente diferente. Su punto de fusión es tan alto que a una temperatura ambiente resulta semisólido. Eso no sólo lo hace propicio para el sector alimentario, sino también para la industria cosmética y química, ya que les permite elaborar jabones, cremas, barnices y pinturas. Con la torta de prensado, que contiene un 15% de proteínas vírgenes, se suele alimentar a los animales.
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