Esta pequeña pero importante área protegida se localiza en los alrededores de la ciudad de Nicoya y está constituida por reductos de bosque seco, bosque secundario, tacotales y pastizales. Su importancia radica en la protección de varias cuencas hidrográficas y es, además, un lugar tradicional para la recreación de los lugareños, ligado a eventos religiosos. Un camino que parte desde Nicoya permite acceder a la cima.
Se localiza en la formación geológica del Complejo Nicoya (basaltos toleíticos) y geomorfológicamente y el paisaje está caracterizado por una elevación con topografía caracterizada por laderas cuyas pendientes que van desde 40% hasta más de 80%, con altitudes que van desde 180 hasta 419 msnm. Este cerro se ubica dentro de la zona bosque húmedo tropical. Tiene un clima tropical lluvioso y seco, caracterizado por una estación lluviosa y otra seca, con una precipitación promedio anual de 2.200 mm y una temperatura media anual de 27,1°C. En esta área nacen cuatro quebradas que tributan al río Potrero, principal fuente de agua potable para la ciudad de Nicoya. Los terrenos son principalmente de aptitud forestal, deteriorados por el uso agrícola y ganadero, y por los incendios forestales. Actualmente se encuentran cubiertos por pastos, áreas de cultivo y un bosque secundario joven en la mayoría de su extensión con predominancia de especies pioneras.
Las especies animales más comunes son: el venado cola blanca, mono congo, pizote, ardilla, zorra gris, zorro, mapache, chachalaca, zopilote, tijo, urraca, palomas, chocholpía y otras aves canoras; reptiles como garrobo, iguana, lagartija, serpientes como cascabel, coral, boa. Existe una gran variedad de insectos aún no inventariada.
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