Los ambientes acuáticos, y en especial los arrozales, están fuertemente amenazados por el reemplazo y la modificación de sus paisajes, a pesar de ser unidades determinantes en la regulación de la dinámica del agua de la zona.
La mayor parte de los suelos utilizados para arrozales fueron humedales que se transformaron mediante drenajes, construcción de terrazas, muros de contención, entre otros, para que se consiguieran las condiciones técnicas ideales para el cultivo del arroz. Con la desaparición de los humedales naturales, las aves acuáticas se han ido desplazando hacia los arrozales que se hayan bajo una lámina de agua.
En Costa Rica existen arrozales silvestres, compuestos principalmente por Oryza glumaepatula y Oryza latifolia, y arrozales comerciales, compuestos por Oryza sativa. Los primeros presentan mayor riqueza de especies, especialmente aves, en comparación con los arrozales comerciales. En los arrozales silvestres se pueden encontrar hasta 84 especies de aves y en los comerciales aproximadamente la mitad. Las aves paseriformes dominan en número de especies seguidas por las ciconiformes. Cabe destacar la presencia de especies de alto valor de conservación como el zanate de laguna (Quiscalus nicaragüenses), el pato real (Cairina moschata), el pato candil (Heliornis fulica), el gavilán piquiganchudo (Chondrohierax uncinatus), la espátula rosada (Platalea ajaja), la garza tigresa cuellinuda (Tigrisoma mexicanum), el jabirú (Jabirú mycteria), el sargento (Agelaius phoeniceus), el piche común (Dendrocigna autumnalis), el garzón (Mycteria americana) y el rascón moteado (Pardirallus maculatus).
PLATALEA AJAJA (Espátula rosada) |
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